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lunes, 12 de agosto de 2013

Silla Lisboa

Antes de contarte sobre el reciclado de esta silla, aclaremos porqué tiene estampada la palabra "Lisboa". 
Resulta que su dueña  recién había llegado de un viaje por distintos lugares de Portugal y España. Y como a veces sucede con las charlas de viajeros, quedamos ancladas en Lisboa, en sus calles angostas, sus comidas, su música y sus poetas. 

La cuestión es que en el momento de pensar en algún detalle para la arpillera con que iba a tapizar la sillita, decidimos que el nombre de esta ciudad era perfecta.

Pero antes de darme el gusto con el tapizado, trabajé por completo su carpintería (ajuste y acomodé sus patas flojas empecinadas en permanecer en falsa escuadra), le hice un relleno más apropiado a su tamaño, la pinté y la decapé. 

Y finalmente, la cubrí con este hermoso género rústico con el nombre de la ciudad que espero conocer pronto para llenarme del mismo misterio y melancolía que envolvió a su poeta máximo, Fernado Pessoa. 


















Petit silla terminada
Si querés que recicle tus sillas, hacé contacto con cuchitabacana@gmail.com



miércoles, 19 de junio de 2013

¡De la calle, al escritorio!

Feucha, la verdad que esta silla no era linda!! Pero la cuestión es que mi hermana la encontró en la calle y me la trajo derecho al taller para que se la reciclara. 
Y me parece que el ejemplo da perfecto para esas publicidades del tipo  "antes y  después" que muestran a señoras o señores con una larga historia de alfajores y milanesas en su  panza y que después del tratamiento de belleza, dejan ver orgullosos  un vientre al mejor estilo Madonna!

No sé si son casos reales o el milagro se llama Photoshop, pero aquí la cuestión pasó por el reciclado que la convirtió nuevamente en un mueble funcional. 
¿Qué le hice? Le cambié por completo del relleno y obviamente renové el tapizado. Para el asiento elegí un lino color violeta sufrido y para el respaldo, un algodón estampado en color blanco, obispo, azul y pistacho. Además, la relustré y le dejé unos zócalos en las patas de color blanco cuestión de disimular los sopapos que recibió en su otra vida. Para completar le hice una funda en el respaldo en bull blanco y dos aplicaciones con el mismo motivo del respaldo.






Si por casualidad te encontrás en la calle una silla como ésta no sigas de largo porque podés reciclarla siguiendo el paso a paso que publique en la web de la revista OHLALA!. 

http://www.revistaohlala.com/1569120-encontraste-una-silla-reciclala-primera-parte
http://www.revistaohlala.com/1571361-reciclado-de-una-silla-parte-ii 

Pero  si no te animás o te falta tiempo, siempre podés contactarte con Cuchita Bacana y listo!!





 

domingo, 9 de junio de 2013

Silla reciclada a pedido





Esta es la nueva silla de Pame que reciclé hace unos días. Me contó que la encontró en la casa de la madre a punto de pasar a mejor vida. Sin embargo,  le vio un algo que la sedujo, por lo tanto "palo y a la bolsa".
Previas charlas "via mail", una tarde me la trajo junto con la tela que eligió para tapizarla.  Y la verdad que no se equivocó en rescatarla, porque a pesar de que había varios asuntillos para arreglar (patas flojas, relleno inexistente, tornillos rotos y la huella de lo que fue un lustre) esta silla cincuentona tiene un diseño encantador.

No  conocía a Pamela, pero ojalá le haya gustado tanto su silla como a mi conocerla a ella. Un placer!!!









Si tenés una silla para reciclar, podés hacer contacto con Cuchita Bacana



jueves, 9 de mayo de 2013

Silla americana Modelo Bazooka


Indudablemente, hay muebles que nacen con estrella. Por ejemplo,  la típica “silla americana” que, recluida en los años 50 al ámbito de la cocina, actualmente la encontramos en toda deco vintage que se precie de tal. 
Seguramente, éste ícono del siglo pasado (suena fuerte, no?) nació con un nombre. Quizás el de su diseñador,  como sucedió, por poner sólo un caso, con la sillas Tulip, conocidas también como Saarinen, en honor a su creador Eero Saarinen. Sin embargo, y a pesar de que rastreé en mis libros  y la googlee hasta el infinito, siempre la presentan como "silla americana" (¿Será que alguien sabe cómo se llama realmente?).

La cuestión es que aquí te presento la que terminé de reciclar hace unos días. A raiz del color del tapizado del asiento, un fucsia que raja la tierra, decidí bautizarla con el nombre de modelo Bazzoka, el chicle que le dio "sabor tutti frutti" a tantas tardes cuando era chica.

Como te decía, el tapizado lleva  una pana de color fucsia  con vivos en verde manzana, un composé que queda genial con el  frente del respaldo de un tono fucsia  más apagado y arabescos en verde (¡un dueto de esta temporada!!)

Si te gusta hacé contacto con cuchitabacana@gmail.com  o cliqueá para llevartela derechito a tu casa!!






Si queres verla antes de decidirte,  cliqueá contacto para más información
Valor $650.-

vendida!